With me

With me
Música, amistad y AMOR... ¿a qué esperas para sumergirte en esta historia llena de sueños? ¡Haz clic en la imagen y descubre With me!

domingo, 27 de noviembre de 2011

Esperando a la Luna

Una sonrisa en el espejo, esperando a que nazca la Luna.

Y entre mil de mis fantasías, una respuesta.

Una pregunta.

Quizás es ahora el momento,

que no le quedan palabras al aire.

El silencio con que canta la noche, después del atardecer,

parece la voz de mis sueños...

Los dulces sueños de ayer.

Trazaré un camino, mientras tanto, para encontrar mi tesoro.

En el océano. En un bosque.

Donde la nada sea todo.

Quizás es ahora el momento,

que aún tiene aliento la vida.

Dormida en las agujas del reloj, esperando a que nazca la Luna.

Sonriendo a mi sonrisa, tantas respuestas...

Tantas preguntas.

Absurdo silencio

Tan absurdo es pensar en ti, y tan difícil no hacerlo.

Tan absurdo es disfrazarme con el aire,

luchando por descifrar tu silencio.

Y al llegar la noche, noche es todo lo que encuentro.

Y en cada amanecer, gota de vida.

Y silencio.

Tan absurda es la nostalgia, si en mis manos no hay recuerdos.

Tan absurdo perseguirte a ciegas,

fingiendo creer que puedo.

Y en cada gota de lluvia descubro el calor del invierno.

Y en cada cigarro, cálida mentira.

Y silencio.

Tan torpe soy amando, tan torpe eres tú prometiendo.

Es tan absurdo quererte, pero inevitable al mismo tiempo.

Y entre sábanas esta noche, noche es todo lo que tengo.

Y una promesa abandonada.

Todo en absurdo silencio.

jueves, 27 de octubre de 2011

Mi dulce introducción al caos

(Título derivado de la canción Dulce introducción al caos de Extremoduro, canción inspiradora de este relato)

Sentado al pie del viejo árbol que una vez nos cobijó, preguntándome sin hallar el porqué, pintando la melancolía en cada nota de mi guitarra, esa guitarra que hizo brillar sus ojos, y sus ojos mi corazón; resguardándome, o intentándolo, del adiós que me supo a impotencia, a vacío, que con sus dedos enturbió los días aún por venir, haciendo de ellos una nebulosa de dolor; sin escapatoria, pero sin miedo; mil palabras pero ningunos labios; ya no hay lágrimas, ya no hay lucha, pero me queda el ayer; me quedan los pasos que di a su lado, me quedan las noches despiertos, y las promesas abandonadas, que no sé adónde han ido, pero que todavía las puedo escuchar.

Nuestro árbol la echa de menos, y se desmorona gota a gota, bañando el suelo con sus hojas, teñidas de otoño y de recuerdos. El humo del cigarro me desgarra el corazón, y su voz endulza con veneno la sombra en la que me he convertido. El viento sopla, igual que aquel día, removiendo las sábanas secas de fuego, desnudando las ramas, castigando mis manos que luchan por continuar.

Y me pregunto dónde está, dónde ha ido, y si acaso estará sola, si recuerda como yo recuerdo, si estará riendo, si estará llorando. La imagino acostada en mi hombro, me imagino oliendo su pelo. Los silencios descifraban sus palabras; su imaginación descifraba los silencios. Mi amor entiende lo absurdo, pero ella no entendió mi amor. Por eso se marchó, dejando un agujero que hiela mis latidos, y que mi memoria impide ocupar de nuevo. No hubo mentiras, eso lo sé; tampoco hubo amargura.

Cuando se eleva mi mirada, desafiando quizás al dolor que impregna el aire, mis pupilas se enfrentan a la semilla de la que brotan mis sueños. ¿Serán las lágrimas, que nublan de esperanza la realidad? La veo flotar sobre la hierba, descalza, envuelta en un vestido que ya conocí alguna vez. El viento intenta llevarse su pelo, más largo que entonces. La veo sintiendo tras sus párpados, que en un momento se elevan para toparse sus ojos... conmigo. Ahí está, delante de mí, mirándome como ayer; mirándome a través de una estela de hojas y de nostalgia; sus párpados sosteniendo el llanto, sus labios sosteniendo el mundo en un suspiro; me mira, puedo ver que me mira, y es suficiente para alimentar el vacío, para sentirme aliviado y, a la vez, muerto de miedo.

Cuando camina reconozco sus pasos. Hace un tiempo se alejaban y ahora vuelven, la traen conmigo, a mi lado. Tan cerca está... Tan cerca está que puedo oler su pelo, como aquella vez; puedo saborear su inquietud y su sorpresa, como aquella vez; puedo admirar sus ojos, del color del otoño y de los sueños, como aquella vez. Puedo amarla en su presencia, una vez más.

domingo, 16 de octubre de 2011

Donde estés ahora

Atrapado entre las páginas vive, y sobre un mar blanco de palabras, el deseo. Trazos de tinta que se abrazan para enseñarnos lo que antes no existía, hasta que un día... existió. Brotando del papel, un olor. El aroma del tiempo. Así huele la vida. El olor de un comienzo, el de una despedida. Y rozando mis dedos, un sonido. Suena como un viaje, como el silencio, como un latido.

Desde fuera, la brisa se enreda con las notas que colorean el aire, y baila con la sombra de las cortinas. La noche es paciente y, sin decir nada, aguarda un adiós, o quizás un encuentro, o tal vez solo sueña, como yo te espero a ti, o como yo sueño contigo.

Tan difícil es saber si estás aquí, si aún late la promesa en tus labios; tan difícil me resulta dejar de preguntarme si acaso ya te has ido, o si te has quedado para hablarme sin palabras, con la voz azulada de tus pupilas y la duda de tus manos. Con una lágrima vacía quemando la distancia que nos ciega, o que nos guía.

He olvidado el libro en mis dedos, y mis ojos persiguen la ausencia dormida en las sábanas, donde tú estuviste, donde tú estarías. Y donde estuvieron tus labios nace ahora una sonrisa, y crece en el espejo que dibuja el perfil del ayer y de la vida...

Puedo ver tu nombre, brillando sobre la cama como una estrella en un cielo veraniego, y me despido de la noche, y del aroma del tiempo, y del sonido de un viaje, del silencio.


Cada noche, en mi habitación, los segundos pasan mientras espero a que llegue esa llamada, y cuando llega, parece que la vida se tiñe de otro color. Parece que cada huella de vacío se llena de ti, de nosotros. Todo al nacer es pequeño. Dale tiempo, deja que crezca. Dejemos que tome forma y vida. Es tan extraño y tan joven que aún percibo el aroma a recién hecho. ¿Seré capaz de ser paciente? ¿De descifrar este enigma? ¿De traducir tus gestos? ¿De no hacer demasiadas preguntas? ¿De descubrirte? Solo te diré que estoy dispuesta a intentarlo. Esperaré sin prisa a que el adiós esté lejos.

domingo, 9 de octubre de 2011

The Chain - Three Days Grace

Listen to the wind blow
Watch the sun rise
Runnin' in the shadows
Damn your love, damn your lies

And if you don't love me now
You will never love me again
I can still hear you saying you would never break the chain
And if you don't love me now
You will never love me again
I can still hear you saying you would never break the chain

Listen to the wind blow
Down comes the night
Runnin' in the shadows
Damn your love, damn your lies
Break the silence
Damn the dark, damn the light

And if you don't love me now
You will never love me again
I can still hear you saying you would never break the chain
And if you don't love me now
You will never love me again
I can still hear you saying you would never break the chain

Oh! Keep it together!
Oh! Keep it together!
Oh! Keep it together! (I'm runnin' the shadows)
Oh! Keep it together! (I'm runnin' in the shadows)
Oh! Keep it together! (Still runnin' in the shadows)
Oh! Keep it together! (I'm runnin' in the shadows)
I'm runnin' with the shadows
I'm still runnin' the shadows

viernes, 16 de septiembre de 2011

Relato: mi propio Universo

Las nubes se habían refugiado en algún lugar, huyendo quizás de la noche oscura, y varias lucecitas acogían bajo sus sábanas amarillas resquicios de vida, creando constelaciones sobre los muros de ladrillo gris, y dejando una estela tenue sobre la acera.

Respirando una brisa fresca empapada con el sabor del silencio, me di cuenta de que la calle, tan inquieta y ruidosa durante el día, era un mar en calma cuando el Sol no miraba. Yo era una pincelada casi invisible en alguna parte, en compañía de un mp3 apagado y de un cigarro que se llevaba, con cada calada, el aroma que desprendían las flores del balcón contiguo, ofreciéndome a cambio el olor amargo del humo.

Lo llevé a mis labios para escuchar una vez más el sonido del tabaco consumiéndose, y luego lo apagué en el cenicero mientras una nube gris, la única que ensuciaba el cielo, se desvanecía hasta no dejar rastro.

Una ráfaga de viento arrastró la ceniza, y un murciélago atravesó con rapidez la calle, como una estrella fugaz que hubiera perdido su luz. Pronto perdí de vista el batir de sus alas y su voz aguda, y por un momento pude sentirme identificada con aquel animalillo: la noche, sin duda, era una buena elección. Quizás el día lo destapaba todo, haciendo de la imaginación algo inútil.

Sobre mí, las estrellas me invitaban a saborear un paisaje lejano y, por otro lado, siempre al alcance de mis ojos; familiar pero al mismo tiempo desconocido. Me hacían preguntas que yo me esforzaba por resolver.

Pero nunca había respuesta.

La Luna me miraba resplandeciente, con una blancura impecable y casi cegadora, y yo le sonreí con complicidad mientras las hojas de los árboles se abrazaban, empujadas por la brisa, para regalarme una melodía perfecta.

Se respiraba soledad. Pero era una soledad dulce...

Escuché a mi espalda el sonido de la puerta al abrirse. Y luego unos pasos lentos, cálidos. Sus pasos. Sentí sus labios acariciarme la piel del hombro, y sus manos recorrer mi vientre, con una ternura irresistible. Incliné hacia atrás el cuello y rocé su mejilla con la mía.

Olía a jabón y a hogar.

-¿Qué haces aquí tan tarde? – Su voz era un susurro que se deslizó sobre la oscuridad sin llegar a romper el silencio, sin perturbar la calma –. Te echo de menos.

Me di la vuelta. Y sus ojos, oscuros pero llenos de vida, me atraparon por completo. Su rostro, recostado sobre la palma de mi mano, me aceleró el corazón.

Y, con un beso, dejé atrás el cigarro, la Luna y las estrellas, y cerré los ojos envuelta en los brazos de mi propio Universo.

martes, 23 de agosto de 2011

El silencio siempre esconde la explicación

A veces el corazón huye donde el tiempo no le sigue

y se esconde donde no lo encuentre la razón.

Ya no sé ni cuántas veces me perdí de mi camino.

El silencio siempre ofrece una explicación.

Pero francamente, aún no he hallado la razón.

Supongo que el tiempo es sabio,

y no hay tiempo que perder.

Por suerte no te da la opción de retroceder.

Cada huella en tus recuerdos te dirá qué hacer.


A veces los sueños confunden, pues yo nada tengo claro.

Mis latidos esta noche son esta canción.

Un susurro sin palabras me dio la voz.

¿Y quién no ha fallado nunca?

Porque lloraré por él...

La vida es tan oscura si no hay nada que aprender...


El corazón nunca se pierde,

pero si no lo encuentras hoy

Cierra los ojos, y sonriendo escúchalo...

El silencio siempre esconde la explicación

domingo, 24 de julio de 2011

Nuestra melodía

Viajo de tu mano, recorriendo sueños como ayer. La luz se despide lejos, en la montaña, y nace el anochecer, que nos acoge en un mar de estrellas. Poderosa oscuridad... abraza cada rincón, pero no es suficiente para apagar tus ojos... Y mi risa rompe el silencio. La noche me responde y deja caer una estrella, y su estela brilla en mis pupilas que la persiguen hasta que se desvanece... Oigo tu corazón latir en mi mejilla, mi rostro en tu pecho, y tu voz me envuelve, y sonrío... y te amo... Un susurro del viento me arropa. Y empiezan tus dedos a acariciar las cuerdas, y la guitarra a cantar como un pájaro al amanecer. Cada acorde me lleva a un mundo, cada nota es una historia. “Te quiero”, mis palabras acarician tu piel, y me encanta cómo te estremeces... “Te quiero...”

jueves, 10 de febrero de 2011

Duras promesas

He abrazado el miedo como si fuera mi amigo
Y he esperado sin tiempo, he gozado y he sufrido
He comprendido el silencio y he silenciado el ruido
He calmado la impotencia con un simple suspiro
Y he logrado que la soledad se convierta en mi abrigo
Me he emocionado escuchando la melodía de la lluvia al caer
Y he aprendido a aceptar la derrota, y con ello a vencer
He intentado ser fuerte aceptando el dolor
Y he entendido que no siempre es trabajo de dos.
He gritado a la vida cuando me faltaba la voz
Y he luchado por algo que jamás sucedió.
He mirado a la gente con los ojos sangrando lágrimas
He tocado el fuego y he quemado sus llamas
Y he comprendido que soy todo y a la vez no soy nada
He soñado tanto, me he equivocado, he sonreído
He fingido ser valiente y otras veces lo he sido
He amado, y no he sido amada, he adorado lo prohibido
He observado, me he avergonzado, y he caído
He llorado, he mirado el cielo, me he arrepentido
He fallado, me he emocionado, me han sorprendido
He admirado, he odiado y he querido
He caminado, me he cansado, me he perdido

miércoles, 9 de febrero de 2011

Efímero, bello

Cierro los ojos, suspiro
Verano, recuerdo lejano, se desvanece en el frío
Una mirada, sonrío
Mirada tuya, discreta, aunque leve, la percibo

Cálido y frágil sentimiento
Cálido como una caricia, pero tan frágil como es el tiempo
Y así pasará esto que siento
Tan intenso y tan efímero, se marchará junto al invierno

Abro los ojos, te miro
Más cerca, tan cerca... Me persigues, te persigo
Huele a lluvia, respiro
Es extraño, y tan pronto, pero soy feliz contigo

Incontrolable sentimiento
Incontrolable y fugaz, poderoso, agradable, perfecto
¿Amor? No lo creo.
¿Es posible acaso dar nombre a todo aquello que siento?

martes, 8 de febrero de 2011

Día tres

Te envuelve la luz, me envuelven tus dedos
Tus ojos tiemblan de miedo.
Doce y veintiséis, la luna en el cielo,
esta noche te echo de menos.

Día tres... sigo aquí.
Esta vez no me voy a ir.

Sonrío y tú te muerdes el labio.
Las cuerdas bailan en tus manos.
Dibujo el momento de un solo trazo
y en el papel nos miramos.

Día tres... junto a ti.
Estaré tan cerca de aquí.
Pienso en ti... día tres.
Miraré las hojas caer.

lunes, 7 de febrero de 2011

Otoño

Mi vida es una nube blanca en el cielo
Y yo soy una gota de agua perdida en el océano.
¿Fui ayer una sombra en tus sueños?
Hoy la Luna verá en mis párpados tu reflejo
Esta noche...
Las hojas han abandonado aquel olmo
Bajo mis pies, son pequeños trocitos de otoño
Y voy a cerrar los ojos
y sentiré más allá del tiempo
sentiré por encima de todo.
Ven conmigo y siente. La lluvia ha dejado su olor.
Aún con los ojos cerrados, se que brillas más que el Sol.
Las palabras en mis labios congeladas
dejando lugar a un beso, que al final se convierte en nada.
Pero es tan hermoso el silencio...
cuando me miras.
Ya han caído este mes las hojas
dejando las ramas vacías.
Bajo mis pies, son pequeños trocitos de otoño
y quiero cerrar los ojos
y sentir más allá del tiempo
sentir por encima de todo.
Ven conmigo, ¿lo sientes? La lluvia ha dejado su olor.
Aunque no estés a mi lado, se que brillas más que el Sol.