With me

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jueves, 27 de octubre de 2011

Mi dulce introducción al caos

(Título derivado de la canción Dulce introducción al caos de Extremoduro, canción inspiradora de este relato)

Sentado al pie del viejo árbol que una vez nos cobijó, preguntándome sin hallar el porqué, pintando la melancolía en cada nota de mi guitarra, esa guitarra que hizo brillar sus ojos, y sus ojos mi corazón; resguardándome, o intentándolo, del adiós que me supo a impotencia, a vacío, que con sus dedos enturbió los días aún por venir, haciendo de ellos una nebulosa de dolor; sin escapatoria, pero sin miedo; mil palabras pero ningunos labios; ya no hay lágrimas, ya no hay lucha, pero me queda el ayer; me quedan los pasos que di a su lado, me quedan las noches despiertos, y las promesas abandonadas, que no sé adónde han ido, pero que todavía las puedo escuchar.

Nuestro árbol la echa de menos, y se desmorona gota a gota, bañando el suelo con sus hojas, teñidas de otoño y de recuerdos. El humo del cigarro me desgarra el corazón, y su voz endulza con veneno la sombra en la que me he convertido. El viento sopla, igual que aquel día, removiendo las sábanas secas de fuego, desnudando las ramas, castigando mis manos que luchan por continuar.

Y me pregunto dónde está, dónde ha ido, y si acaso estará sola, si recuerda como yo recuerdo, si estará riendo, si estará llorando. La imagino acostada en mi hombro, me imagino oliendo su pelo. Los silencios descifraban sus palabras; su imaginación descifraba los silencios. Mi amor entiende lo absurdo, pero ella no entendió mi amor. Por eso se marchó, dejando un agujero que hiela mis latidos, y que mi memoria impide ocupar de nuevo. No hubo mentiras, eso lo sé; tampoco hubo amargura.

Cuando se eleva mi mirada, desafiando quizás al dolor que impregna el aire, mis pupilas se enfrentan a la semilla de la que brotan mis sueños. ¿Serán las lágrimas, que nublan de esperanza la realidad? La veo flotar sobre la hierba, descalza, envuelta en un vestido que ya conocí alguna vez. El viento intenta llevarse su pelo, más largo que entonces. La veo sintiendo tras sus párpados, que en un momento se elevan para toparse sus ojos... conmigo. Ahí está, delante de mí, mirándome como ayer; mirándome a través de una estela de hojas y de nostalgia; sus párpados sosteniendo el llanto, sus labios sosteniendo el mundo en un suspiro; me mira, puedo ver que me mira, y es suficiente para alimentar el vacío, para sentirme aliviado y, a la vez, muerto de miedo.

Cuando camina reconozco sus pasos. Hace un tiempo se alejaban y ahora vuelven, la traen conmigo, a mi lado. Tan cerca está... Tan cerca está que puedo oler su pelo, como aquella vez; puedo saborear su inquietud y su sorpresa, como aquella vez; puedo admirar sus ojos, del color del otoño y de los sueños, como aquella vez. Puedo amarla en su presencia, una vez más.

domingo, 16 de octubre de 2011

Donde estés ahora

Atrapado entre las páginas vive, y sobre un mar blanco de palabras, el deseo. Trazos de tinta que se abrazan para enseñarnos lo que antes no existía, hasta que un día... existió. Brotando del papel, un olor. El aroma del tiempo. Así huele la vida. El olor de un comienzo, el de una despedida. Y rozando mis dedos, un sonido. Suena como un viaje, como el silencio, como un latido.

Desde fuera, la brisa se enreda con las notas que colorean el aire, y baila con la sombra de las cortinas. La noche es paciente y, sin decir nada, aguarda un adiós, o quizás un encuentro, o tal vez solo sueña, como yo te espero a ti, o como yo sueño contigo.

Tan difícil es saber si estás aquí, si aún late la promesa en tus labios; tan difícil me resulta dejar de preguntarme si acaso ya te has ido, o si te has quedado para hablarme sin palabras, con la voz azulada de tus pupilas y la duda de tus manos. Con una lágrima vacía quemando la distancia que nos ciega, o que nos guía.

He olvidado el libro en mis dedos, y mis ojos persiguen la ausencia dormida en las sábanas, donde tú estuviste, donde tú estarías. Y donde estuvieron tus labios nace ahora una sonrisa, y crece en el espejo que dibuja el perfil del ayer y de la vida...

Puedo ver tu nombre, brillando sobre la cama como una estrella en un cielo veraniego, y me despido de la noche, y del aroma del tiempo, y del sonido de un viaje, del silencio.


Cada noche, en mi habitación, los segundos pasan mientras espero a que llegue esa llamada, y cuando llega, parece que la vida se tiñe de otro color. Parece que cada huella de vacío se llena de ti, de nosotros. Todo al nacer es pequeño. Dale tiempo, deja que crezca. Dejemos que tome forma y vida. Es tan extraño y tan joven que aún percibo el aroma a recién hecho. ¿Seré capaz de ser paciente? ¿De descifrar este enigma? ¿De traducir tus gestos? ¿De no hacer demasiadas preguntas? ¿De descubrirte? Solo te diré que estoy dispuesta a intentarlo. Esperaré sin prisa a que el adiós esté lejos.

domingo, 9 de octubre de 2011

The Chain - Three Days Grace

Listen to the wind blow
Watch the sun rise
Runnin' in the shadows
Damn your love, damn your lies

And if you don't love me now
You will never love me again
I can still hear you saying you would never break the chain
And if you don't love me now
You will never love me again
I can still hear you saying you would never break the chain

Listen to the wind blow
Down comes the night
Runnin' in the shadows
Damn your love, damn your lies
Break the silence
Damn the dark, damn the light

And if you don't love me now
You will never love me again
I can still hear you saying you would never break the chain
And if you don't love me now
You will never love me again
I can still hear you saying you would never break the chain

Oh! Keep it together!
Oh! Keep it together!
Oh! Keep it together! (I'm runnin' the shadows)
Oh! Keep it together! (I'm runnin' in the shadows)
Oh! Keep it together! (Still runnin' in the shadows)
Oh! Keep it together! (I'm runnin' in the shadows)
I'm runnin' with the shadows
I'm still runnin' the shadows